La educación en México
viene de mal en peor, más cercana a su privatización que a la calidad que el
pueblo mexicano necesita. Los ejemplos del detrimento de nuestra educación son
variados, desde la participación de la inversión privada hasta la falta de
espacios a nivel superior para los miles de jóvenes que año con año sufren el
rechazo de las diferentes universidades.
Hoy leí en el diario
oficialista Milenio que
Carlos
Slim invertirá 4 mil millones de pesos
anuales en alianza con Salman Khan, presidente de Lhan Academy quien desarrolló
un sistema de educación apoyado en la tecnología que ya es utilizada en gran
parte de la Unión Americana, dicho proyecto que será aplicado en México a
partir de este año será aplicado con miras a lograr la “cobertura universal de
la educación en nuestro país”, según ambos empresarios.
Dicha noticia es
alarmante si tomamos en
cuenta
que el Estado está relegando su
obligación
de brindar educación de calidad a
todo mexicano y mexicana en este país, para dar vía a los privados de poder educar a la
población para propios
intereses ajenos al bien común. Si bien la oleada privatizadora se ha venido
dando desde tiempo atrás, el “Bécalos” de Televisa y la Fundación Slim han
hecho más obvia la apropiación educacional de México, algo que debe ser
detenido para evitar la privatización a mediano plazo y exigir al gobierno
mexicano la calidad escolar que el pueblo de México requiere y merece.
Hablábamos también de
la falta de espacios a
nivel
superior para dar cabida a los miles de jóvenes que egresan anualmente de las
instituciones de nivel
medio superior, este
problema
al igual que el de la privatización, no es reciente. Desde la década de los
años 90, las grandes escuelas de impartición de estudios superiores como la
UNAM, el IPN, Chapingo, la UAM y sus similares en cada entidad federativa, han
visto mermado su ingreso económico y material con el cual poder ofrecer mayor
cupo académico, ante la mirada impávida de la clase política y el silencio
devastador de la mayor parte de los
mexicanos.
Las cifras de ingreso a la UNAM del ciclo
anterior no son nada
alentadoras: Noventa por ciento de los jóvenes que aspiraban ingresar a la
licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fueron
rechazados, dichos resultados dados a conocer en el sitio escolar.unam.mx,
muestran que de los 62 mil
682 estudiantes
presentaron
el examen de los cuales sólo 6 mil 500 (10.3 por ciento) obtuvieron lugar en
alguna de las 99
carreras que imparte la casa
de
estudios.
Las cifras manejadas en las demás casas de
estudio no distan de
nuestro principal centro de estudios universitario que es la UNAM, mientras el
IPN se ve envuelto en una política
reduccionista
por parte de su reelecta rectora
la
doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, la
universidad agronómica de México representada en
Chapingo se ve inmiscuida en la infiltración del apéndice priista “Antorcha
Campesina” en la rectoría y los consejos universitarios.
El escenario de la
educación mexicana no es
esperanzador,
por el contrario, nos muestra
que si el gobierno no toma medidas drásticas,
el proceso privatizador seguirá avanzando a pasos
agigantados y la corrupción imperante
en
las universidades públicas será un
detonante
en la apropiación de los partidos
políticos
y la violación de la autonomía
universitaria con todas las consecuencias que
esto nos generará.
Realizado por: Óscar
Adrián Jafet
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