Los
niños miran la televisión durante un promedio de 22 a 25 horas semanales de TV.
En los preescolares esa cifra llega a un promedio de 54 horas por semana, lo
que significa de 7 a 8 horas diarias. Para el momento en que se gradúan del
colegio habrán pasado más tiempo mirando televisión que en la sala de clase.
Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños,
también puede influenciarlos de manera indeseable.
Se
afirma que la TV socializa de modo no intencional y asistemático. Enseña sin
darse cuenta y no ejerce control sobre lo que está enseñando. Apela al
mecanismo de la educación. De ella se aprende por imitación de los modelos de
comportamientos que exhibe.
Es
a partir de los 4 a 5 años de edad, que se establecen los hábitos permanentes y
las características emocionales, jugando un papel decisivo la imitación y la
identificación. Entendemos por identificación la adopción de pautas de conducta
y actitudes de sus padres y otras personas significativas para él: maestros,
familiares o bien algún personaje de la TV; esto ocurre en forma inconsciente.
En tanto que la imitación es consciente.
No
obstante, los niños también pueden aprender de la TV muchos valores sociales,
como cooperación y ser amables con los demás y aspectos relacionado con su
escolaridad. De hecho en muchos niños "en desventaja" se recomienda 2
horas diarias de TV para de esta forma ayudar en el aprendizaje.
Mirar
televisión durante tres o más horas diarias afecta capacidad de atención de
niños y adolescentes favoreciendo el desarrollo de diversos problemas de
aprendizaje.
La televisión puede ser una influencia muy poderosa
en el desarrollo del sistema de valores, en la formación del carácter y en la
conducta.
Los programas de televisión contienen un alto
grado de violencia. Los psiquiatras de niños y adolescentes que han estudiado
los efectos de la violencia en la televisión
Han encontrado que éstos pueden:
· Imitar la violencia que observan en la
televisión,
· Identificarse con ciertos tipos,
caracteres, víctimas y/o victimarios
· Tornarse ¨inmunes¨ al horror de la
violencia; y
· Gradualmente aceptar la violencia como
manera de resolver problemas.
Además:
· Sacar malas notas en la escuela.
· Leer menos libros.
· Hacer menos ejercicios.
· Tener sobrepeso.
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