martes, 29 de enero de 2013

La televisión y su educación.


 
Los niños miran la televisión durante un promedio de 22 a 25 horas semanales de TV. En los preescolares esa cifra llega a un promedio de 54 horas por semana, lo que significa de 7 a 8 horas diarias. Para el momento en que se gradúan del colegio habrán pasado más tiempo mirando televisión que en la sala de clase. Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños, también puede influenciarlos de manera indeseable.
Se afirma que la TV socializa de modo no intencional y asistemático. Enseña sin darse cuenta y no ejerce control sobre lo que está enseñando. Apela al mecanismo de la educación. De ella se aprende por imitación de los modelos de comportamientos que exhibe.
Es a partir de los 4 a 5 años de edad, que se establecen los hábitos permanentes y las características emocionales, jugando un papel decisivo la imitación y la identificación. Entendemos por identificación la adopción de pautas de conducta y actitudes de sus padres y otras personas significativas para él: maestros, familiares o bien algún personaje de la TV; esto ocurre en forma inconsciente. En tanto que la imitación es consciente.
No obstante, los niños también pueden aprender de la TV muchos valores sociales, como cooperación y ser amables con los demás y aspectos relacionado con su escolaridad. De hecho en muchos niños "en desventaja" se recomienda 2 horas diarias de TV para de esta forma ayudar en el aprendizaje.
Mirar televisión durante tres o más horas diarias afecta capacidad de atención de niños y adolescentes favoreciendo el desarrollo de diversos problemas de aprendizaje.
 La televisión puede ser una influencia muy poderosa en el desarrollo del sistema de valores, en la formación del carácter y en la conducta.
 Los programas de televisión contienen un alto grado de violencia. Los psiquiatras de niños y adolescentes que han estudiado los efectos de la violencia en la televisión
 Han encontrado que éstos pueden:                                                                                                                                        
·        Imitar la violencia que observan en la televisión,
·        Identificarse con ciertos tipos, caracteres, víctimas y/o victimarios
·        Tornarse ¨inmunes¨ al horror de la violencia; y
·        Gradualmente aceptar la violencia como manera de resolver problemas.
 
 Además:
·        Sacar malas notas en la escuela.
·        Leer menos libros.
·        Hacer menos ejercicios.
·        Tener sobrepeso.
 

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